10 Principios básicos para un buen nombre
¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de elegir un nombre de marca efectivo? Compartimos las claves del Naming y varios ejemplos de éxito.
Un nombre tiene que ser notorio. Un nombre que rompa los códigos existentes puede hacer crecer la notoriedad de una marca (Twingo).
Un nombre tiene que ser distinto y único. Debe proyectar una personalidad propia (iPhone).
Un nombre tiene que ser flexible y duradero. Debe permitir extender la marca a otros sectores (Sprint).
Un nombre tiene que ser sugerente y evocador. Las asociaciones que remiten a conceptos concretos son más poderosas y más fáciles de retener en la memoria (Naturana).
Un nombre tiene que ser creíble. Las denominaciones descriptivas afectan a la credibilidad de la marca cuando se pretende extenderlas a categorías distintas de la original (Gas Natural vs electricidad).
Un nombre tiene que ser coherente con el sistema de marcas. Debe poder convivir con otras marcas asociadas a rasgos similares (Zafira, Antara, Meriva).
Un nombre tiene que ser legible y pronunciable fácilmente. Es mucho más complejo construir la identidad de una marca impronunciable (Häagen-Dazs).
Un nombre tiene que ser registrable. La enorme saturación de los registros dificulta los procesos. Los nombres distintivos son más fácilmente apropiables (OIKOS).
Un nombre debe evitar asociaciones negativas. Es importante realizar controles lingüísticos en otras lenguas para evitar errores flagrantes (Pajero).
Las marcas se construyen a través de buenas historias. El nombre debe saber sintetizarla (MoviStar).
Un buen nombre sigue siendo una ventaja competitiva sobre todos aquellos que no comprenden el poder de un nombre. Sin duda, invertir en Naming es invertir en crear valor de marca.